Zona Sur, dos años después

El cálculo exacto sobre el avance de las obras de reconstrucción no existe. Se estima que llega al 25%; hay progresos a paso de tortuga en cuanto al agua y desagüe, y algunas obras importantes, pero la realidad nos dice que falta mucho por hacer y reconstruir colegios, hospitales e instituciones públicas. La protesta es concreta todavía falta mucho por levantar sobre todo en construcción de viviendas.

Al pasar dos años del terremoto que azotó fuertemente al Sur peruano, el gobierno ha mostrado por diversos medios el lema: “la reconstrucción avanza” en los lugares afectados como Pisco, Chincha e Ica.
Podemos observar los anuncios con cifras oficiales, que el gobierno ha desembolsado S/.850 millones para obras de restauración, pero al ver los reportes sobre Ica nos refleja otra realidad, esta igual no hay cambios, ni reconstrucciones casi nada ha cambiado desde el 15 de agosto del 2007.

Viviendas, ¿Cuándo?

Es mucho lo que falta por hacer. Las personas se preguntan ¿dónde está la plata que donaron artistas o países solidarios?, ¿qué obras han hecho con el dinero? Muchas personas viven en la basura. Los documentos del Ministerio de Vivienda y FORSUR muestran que las obras prioritarias no están en marcha. Y los supuestos proyectos que estarían en ejecución muestran escasos progresos, según el portal Voces de la Reconstrucción, solo siete obras avaluadas en S/. 6715703,18 se han ejecutado.

Casos trágicos

El hospital San Juan de Dios de Pisco, el cual fue devastado por el terremoto, su reconstrucción fue anunciada en varias oportunidades. Se puso la “primera piedra” tres veces, desde entonces el lugar ha mostrado un letrero que dice “aquí se construye el nuevo hospital de Pisco”, esto pasa también con otros hospitales en Ica.
Caso Similar pasa el Centro educativo San Martin de Pisco, donde 1200 alumnos no reciben unas dignas clases porque la infraestructura esta arruinada, se encuentran en módulos provisionales, que acondicionaron después del terremoto. Hasta la fecha solo 18 colegios han sido restaurados, pero no del todo y no con un buen acabado.
La hora de dar soluciones ha llegado, antes del que el pueblo clame pero no pacíficamente sino al contrario con voz de mando. No provoquemos la desgracia, actuemos con justicia y eficacia.